domingo, 9 de diciembre de 2007

El Uso Privado de las Playas

La falta de criterio de autoridades municipales, ha propiciado que se pretenda construir unos baños públicos en un lugar en que afean la vista, y obstruyen el acceso libre a la playa. Los baños se están construyendo, a un altísimo costo, en un lugar que debería ser ocupado por una plaza cívica que permita la realización de los grandes eventos patrios sin que tenga que obstruirse la circulación en el bulevar costero. O, si no se piensa en plazas, algo más digno de ocupar lugar tan vistoso.

Es cierto que hace falta contar con baños públicos en las playas, al igual que en los parques, jardines y espacios de reunión, pero no son tan importantes unos baños como para que se obstruya el paisaje de playa para sustituirlo por unos orinales y excusados. Se ve que la deformidad mental de quienes los planearon así es tal que resulta imposible hacerlos razonar.

Imagine usted lo que va a pasar en esos baños cuando se construyan, porque la necedad de las autoridades municipales es tal, que los van a instalar por la fuerza. Los jóvenes serán pasto más fácil de los narcotraficantes que rondan el malecón los fines de semana; las actividades de prostitución tendrán un sitio donde ampararse y, para variar, serán solapados por las mismas autoridades que, ahora sí, serán consideradas como buenas administraciones municipales por los redactores que cobran limosnas por sus tintas.

Imagine usted, que los drenajes de esos vistosos baños van a ser desalojados directamente a la playa, donde tal vez estén bañándose sus hijos, haciendo buches con las aguas que el estudio de impacto ambiental señaló que no contaminan.

Pero, afortunadamente, hay un grupo de ciudadanos conscientes, que saben que los sanitarios no deben ocupar el lugar preponderante en las áreas de diversión, playas en las que se justifica la construcción de un asta bandera, de un “museo” olmeca, incluso de un medio ambiente artificial, que es la biósfera que se desea construir, pero que el primer plano no lo deben ocupar los baños, mingitorios, retretes, excusados, lavabos y drenajes, hacer los contrario es realmente surrealista.

Con una ciudad pasa algo semejante a lo que sucede con el vestuario de las personas: la ropa interior, íntima, es muy útil, puede ser muy bella y necesaria, pero no debe estar a la vista, porque lo que deseamos ver -y mostrar- son los vestidos, faldas, pantalones, sacos, suéteres o, por lo menos, unos shorts deportivos.

Usar la ropa interior por fuera lleva a figuras como la de “supermán”, con los calzoncillos por fuera, pero esos atrevimientos sólo son de caricatura. Eso es lo que desean hacer las autoridades municipales: convertir a Coatzacoalcos en una ciudad de caricatura. Eso es lo que avala el poco criterio.

Ante eso sólo podemos expresar una sonora carcajada, y lamentar que con el dinero público se busque deformar las playas de Coatzacoalcos, que son lo más querido y que ha costado esfuerzo y dinero mantenerlas con un estándar realmente turístico. Pasaremos, de ser playa admirable a ser baños de caricatura. ¡Qué gran alcalde!

No hay comentarios: