miércoles, 10 de septiembre de 2008

México en Garras de Militares

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Es muy vergonzoso que México, un país que se honraba de ser de los pocos países de América en donde no campean los gorilatos militares, sea ahora gobernado por un régimen civil cuyo único soporte y legitimidad lo den las fuerzas armadas.

Esas fuerzas armadas son integradas por asesinos. A nadie escapa que fueron militares los que perpetraron la masacre del 2 de octubre de 1968, ¿Recibían órdenes? La orden de disparar contra el pueblo no debe nunca cumplirse. ¿Qué clase de organización es aquella que acata las órdenes de asesinar al pueblo? Una organización criminal. El ejército mexicano es una organización criminal.

Dicho lo anterior, ¿qué clase de seguridad puede tener el pueblo de México en garras de esa organización criminal a la que llama “ejército mexicano”? Es obvio que ninguna. Los militares violan y asesinan indígenas, y sus crímenes siguen impunes. Los militares disparan contra de familias inocentes y sus crímenes permanecen impunes. Los militares trafican con estupefacientes y nadie los sanciona, despojan a los campesinos de sus tierras y no reciben sanción alguna. Los militares portan armas de alto poder y las apuntan contra el pueblo. ¿Es esa la “seguridad” de que hablan los medios. Los militares deben desaparecer en un país que se dice “pacifista”, como México, donde además se abre la puerta a las invasiones extranjeras por la vía de la tecnología, los medios masivos y la idiosincrasia servil y extranjerizante.

¿Para qué sirven entonces los militares? Porque ya pasó la época en que, por lo menos, eran decorosos en los desfiles “cívicos. Ahora no son ni siquiera confiables: son una amenaza más dirigida contra el pueblo de México.

Reformamos la pregunta: ¿A quién le sirven entonces los militares, si no es al pueblo? La respuesta parece obvia: a los intereses extranjeros que se posesionan de México a través de un gobierno usurpador. Hasta aquí, no hay mucho más que decir.

Fechas como el “día del soldado”, “día de los niños héroes de Chapultepec” y “día de la independencia de México” deben desaparecer del calendario cívico nacional, junto con todas esas fechas que el mal gobierno las ha hecho caducas, como “día de la revolución mexicana”, “día de la bandera”, “día de la constitución” o “día de la expropiación petrolera”. Del calendario oficial, quieren, sin duda, desaparecer el Día del Trabajo, y oficialmente debe desaparecer, porque los derechos laborales se violan todos los días. Sin embargo, de manera irreverente y llevada a cabo como una contestación del trabajador contra el sistema, debe seguirse celebrando con marchas y protestas, con pancartas de repudio y con insultos a los esbirros del sistema.

El temor es que el ejército mexicano se “cubra de gloria” una vez más disparando contra el pueblo trabajador. Esa es la seguridad del México actual.

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