viernes, 7 de marzo de 2008

Las Segundas Partes

Dicen que en el amor no son buenas las segundas partes, no lo sé, pero estoy seguro de que en política son malísimas. Los ejemplos sobran, como la segunda parte de Juan Osorio, o la de Marcelo Montiel.

A Osorio le bastaron seis meses, antes de su pretendido “suicidio”, con dos balazos en la cabeza y en un área poco cómoda de alcanzar por el “auto homicida”, para demostrar que tenía nexos con todos los giros oscuros que se pueda imaginar el lector: detectamos que permitía que uno de los empleados municipales de alto nivel –nótese: de los empleados de confianza, que son los seleccionados por el alcalde– practicara el abigeato e introdujera la carne en camiones de transporte a las 3:00 de la mañana, destinada a ciertas carnicerías que participaban en el trato. Esto lo confirmó el entonces presidente de la Asociación Ganadera de Coatzacoalcos, Wilebaldo Carmona Bello, hoy extinto. Supimos otras muchas cosas más, en connivencia con su “equipo de trabajos”, cosas que dieron como resultado una deuda de más de 6 mil millones de pesos en tan sólo seis meses que tuvo que soportar Coatzacoalcos a este personaje.

En el caso de Montiel, quien ni siquiera es oriundo de este noble municipio, se vieron muchas irregularidades en su pasada administración, pero pasaron por alto dadas las instrucciones de Fidel Herrera de no lastimarlo porque esto tocaba a su partido político, así que fueron muy pocas las cosas dadas a conocer y que no tienen que ver con la vida privada del hombre que vistió de verde por cuatro años –al cabo, su vida privada es simplemente personal–.

Pero ahora sacó las garras desde el primer día de la administración, permitiendo que su directora del DIF buscara enlodar a una administración que fue a todas luces recta, bien intencionada y con un nivel de calidad que pocas veces se ha visto en el país entero. Cuando esos ruidos de chisme y calumnia se gastaron, pudimos ver la manera irregular en que se manejó el tan criticable carnaval.

No sólo por haber estado montado casi un mes después de las fechas regulares para este tipo de eventos –tan absurdos como toda la modernidad, pero altamente lucrativos para cierta capa de comerciantes–. Vimos que se comerció con el vicio y la perversión como casi no puede concebir una mente normal.

Pero todos los que antes se beneficiaban con la venta de cervezas a través de concesiones exclusivas para el evento, ahora todos, sin excepción, salieron perdiendo y ganó, sólo y tan sólo, el grupo Femsa y el tesorero municipal –de nada ilustres nexos con el “equipo” que saqueó Coatzacoalcos en la segunda parte de Osorio.

Está en puerta la inútil expoferia, que será igual de viciosa que el trasnochado carnaval, y veremos muchas otras atrocidades y latrocinios. El pueblo, ellos creen que está feliz, pero en las urnas saben que se reflejará.

Ahora se ve claro el perfil que lleva el (nada honorable) ayuntamiento de Coatzacoalcos en este y los próximos dos años. Y adelantamos ya la consecuencia: nadie querrá nada con el PRI, así que ya pueden afilar sus armas los panistas y los perredistas, algo les habrá de tocar y, si tienen suerte, será de ellos la alcaldía y tal vez la gubernatura. Porque nadie, ni el Tío Fide, nada puede hacer para frenar las irregularidades en Coatzacoalcos. Mala la hora de permitir que gobernara la Corrales y su grupo dando la cara a través de Montiel, caro le va a costar a Fidel el haber tolerado esta segunda parte, que no sólo es de Montiel, sino que más resulta ser del grupo de la Corrales.